lunes, 21 de julio de 2014

CAPITULO XIV "TU PRISA"


CAPITULO XIV 
TU PRISA 



NEYMAR P.O.V


PUTA MADRE.PUTAMADRE.PUTAMADRE

Traté de evitar todas las avenidas con semáforos, todas, TODAS!!!

El entrenamiento era a las 9 de la mañana, son las 8:54 y aún me faltan cerca de 15 minutos para llegar al Camp Nou. La verdad es que no he podido dormir bien, y esta mañana de plano se me pasó la alarma del despertador. Apenas y me alcancé a lavar los dientes. Me meto por donde puedo, y trato de no pasarme las luces en rojo porque ya me imagino el escándalo si me llegan a ver.

No puede ser que voy a llegar tarde, y con todo lo que está pasando, y con Marchisio siendo puntual y dejando todo en cada entrenamiento, y con lo que ayer me dijo Leo. Todo está mal y yo voy tardísimo.

PUTA.MADRE…vida de merda! Eu cago na puta!

Llego al estadio y me acerco al estacionamiento. Está cerrado. ¿Será que cambiaron el lugar y la hora sin avisarme? Seguro ese italiano está metiendo mierda en mi contra, seguro es eso y por eso nadie me avisó. Pero, ¿ni Leo me pudo avisar? Son las 9:20.

-Buenos días Neymar- al lado de mi coche está hablándome Pablo, el encargado de seguridad del estadio en días de entrenamiento. Carajo, ni me había fijado que aquí estaba él.
-Buenos días, ¿qué pasa con la puerta?
-Hay unas máquinas en el estacionamiento y no se puede pasar, están arreglando unos desperfectos-dice él.

Eso significa que SÍ están entrenando ahorita, maldición. Pablo debe notar mi cara de congoja pues continua diciendo:

-Ehh, pero todos los jugadores se estacionaron afuera, por aquel lado, en la puerta 15, por allá entraron.
-Gracias- contestó rápidamente y me doy en reversa para salir y llegar hasta la puerta 15. Doblo y veo que ahí están los coches de todos. Ya van a dar las 9:30, estaciono el carro y bajo dándome un golpe en el brazo al salir, con la prisa.
-¡Mierda!- exclamo, siempre que tengo prisa hago estas torpezas. Estoy sobando mi brazo cuando una figura delgada se me acerca, es una chica.
-¿Neymar? ¿Eres tú?, ¡Eres tú!-dice. La miro rápidamente. Sí soy yo, es obvio que soy yo. Maldita sea, ojalá no fuera yo, ojalá fuera otro, ojalá fuera Messi, que siempre es puntual y no tiene a nadie amenazando su lugar en el campo, ojala fuera Marchisio que llegó a este equipo sin nada que perder y todo que ganar, ojala no fuera futbolista, ojala no estuviera aquí en España, ojala estuviera ahorita mismo en Brasil, con mi hijo, ojala…

-¿Neymar?- insiste ella, la veo, sonríe y tiene los ojos como si fuera a llorar. Pero a mí eso no me interesa.
-¿QUÉ?- respondo, casi gritando. No tengo ganas de responder de otra jodida forma. No ahora, no en este momento que entraré y el mister me regañará con toda la razón del mundo.

-Nada, p-perdón- dice ella, le tiemblan los labios, alcanzo a distinguir eso, los ojos se le cristalizan, pero no de buena manera, eso también lo veo, sus mejillas se enrojecen tanto como su cabello, y es ahí donde un recuerdo me llega.

Pero lo ignoro, cierro mi carro y entro corriendo al Camp Nou.



VALERIA P.O.V




Debería escribir un libro que contara todos los momentos humillantes de mi vida. Éste sin duda sería el primero del top.

“Como lucir como idiota ante un futbolista, la guía práctica en 5 capítulos”

Capitulo numero 1: enamórate como imbécil de un ser inalcanzable.

Capitulo numero 2: haz un video estúpido y ridículo donde hables de tu amor hacía él y súbelo a internet.

Capitulo numero 3: prométele a un niño que conseguirás el jersey firmado de ese jugador.

Capitulo numero 4: Viaja a Barcelona y búscalo.

Capitulo numero 5: preséntate ante él, balbucea como tonta y  siente como a él le importa un comino quien seas, date cuenta de que, sí, es como todo el mundo hubiera creído: un cretino grosero.

Me siento muy mal, además, no tengo nada de mis cosas, no tengo dinero, apenas nos quisieron dejar entrar en el piso que rentamos, Gerry y yo, porque ya habíamos pagado 1 mes de adelanto. Pero no tenemos comida, ni ropa, ni nada. Quizá huelo mal y por eso Neymar (no puedo creer que estoy diciendo su nombre, después de haberlo visto) me rechazó así.

No le llamaré así ya, le diré “el futbolista”, porque me refería a él como “Neymar” cuando era el sueño bonito, de sonrisa y jugadas alegres. Pensé que el día que lo conociera, sería el más increíble y feliz de mi vida, por lo menos de esta etapa, y no fue así. Me siento peor que nunca y no sé qué decirle a Gerry. No sé qué le diré a Sam cuando regresemos a casa, y lo peor, no sé cómo vamos a regresar.

No veo ni la calle, siento que estoy en un páramo frío, sola, en invierno, con nadie que me ayude, con todas las ganas de regresar a mi consultorio y hablar con mis pacientitos. Olvidarme de esta estupidez de Barcelona y el "futbolista".

Me siento en la banqueta y me quito el pelo de la cara, miro hacia el cielo, a punto de llorar. Y entonces esa voz…


-¿Señorita, disculpe?

Cuando volteo, no lo puedo creer.

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